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Día Cero

Este libro se bautizó durante en el Festival de Granada, Nicaragua. 

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Si con Leche/Milk-Primer premio en 2009 del PEN Club de Puerto Rico- Madeline Millán nos conmovió con una poesía poderosa e inteligente y un manejo sobresaliente del lenguaje que la aparta de lo fácil y cursi, con Día ceronos entrega, con las mismas virtudes, una crónica en poesía y en prosa que recoge dos procesos: una primera infancia en la isla de Puerto Rico y otra transformación -como si infancia fuera también- en la isla de Manhattan. La ansiedad del viaje estructura este libro desde su primera página hasta la última: el viaje por el planeta, por la historia del cine y de la música, por las miserias humanas, por las lecturas iluminadoras, por la vida íntima y doméstica de las mujeres, sobre todo de las mujeres poetas. Día ceroes una marca, un hito en que el espacio y el tiempo quedan cinematografiados. De hecho, de esta poesía cinematográfica podríamos decir también que es transparente y compleja al mismo tiempo, y siempre autorizada. ¿A qué quiere acercarse Millán o, mejor, de qué huye? Solo zambulléndonos en las páginas de Día cerolo atisbaremos, y sentiremos, como con toda buena literatura, el vidente zumbido de la poesía cuando se está escribiendo, esa instancia previa al papel y a la tinta que tiene ahora el lector en sus manos. Vanessa Droz, poeta puertorriqueña

 

English Review by poet Vanessa Droz

http://repeatingislands.com/2012/12/21/whats-on-our-nightstands-madeline-millans-dia-cero/

ALGUNOS POEMAS SELECCIONADOS 

El libro original tenía otra portada con foto de la pintora puertorriqueña Mari Plaza Munet. Yo cumplía 50 y de regalo me tomó unas fotos. La idea era seguir contando una historia a través del tiempo. Del cómo envejecemos y somos. Comencé a darme cuenta que el mundo no está preparado para ciertas propuestas. Así que inventamos Manuel y yo esta portada mientras encontramos una que le haga coro. 

Un acto de resistencia entre lo profano y lo                                                 

sagrado…contra la muerte.

 

                                    Gilles Deleuze

 

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?

Generación va, y generación viene: mas la tierra siempre permanece.

Y sale el sol, y pónese el sol, y con deseo vuelve á su lugar donde torna á nacer.

 

                                    Eclesiastés 1:3-5

Desandado: I Parte

 

Cuando mueres sin saberlo

y tocas el rostro de otro en primer plano

lleno de cosas por dentro

sintiendo y hundiendo la mano por su cuerpo

traspasando en cámara lenta los objetos

(con tus dedos de pianista, largos y sedosos)

 

Después a correr fugitiva, culpable de pueblo en pueblo

no recuerdas nada ni siquiera de qué huyes

condenada por la amnesia

con sus primeras estaciones                                       

 

Cambian el compás de la espera y al mapa de los trenes

que tomabas le faltan segmentos, una orientación certera

que diga cómo llegaste al norte y qué te trajo al sur

por esta línea:

 

“Con mi voz desde la segunda persona vendrás

y te interpelaré bella, con ternura y te contaré un secreto”

 

Continúa lo iterativo que se vuelve en tu itinerante crimen

La repetición te hará recordar

te hará entender, vuelta sin volver en ti

muriendo sin morir del todo

 

Borrar la memoria no es fácil si has amado

Por eso te escribo inversamente

Se recomienda ácido para quemar las células

del cerebro, en la zona del hipocampo, a corto plazo

las imágenes sobrevivientes se agolpan en desorden

subiendo la escalera tu sombra queda marcada

en Hiroshima y aquí en este lugar tu sombra baja

 

La vida que aún te queda te viene fingida, en retazos

Frankenstein antes de conocer a su padre te reclama

Te acompañan personalidades bipolares (pero no temas)

Según la ocasión de narrarte, somos ajenos, abominable

abominamos del pronombre yo y del verbo ser, usarlo

como verás, resulta común en sentencias y poemas

no dubitativos. No dudes si yo dudo de tu existencia

y de la mía, ¿No dudas tú?

 

Somos los camarógrafos y sonidistas

 

Hemos puesto a correr una grabación escópica

por densidad variable y seguiremos insistiendo

hasta que te des cuenta, por vencida, de que ya no

estás (o eres de este mundo) y no me importas tú, ni tú

ni tú ni solamente tú como cantaba Bobby en Madrid

 

2

 

En inglés solo hay un to be, nosotros ganamos la partida

No al maestro de la calavera, su pregunta retórica:

 

                        To die, to sleep--

           To sleep--perchance to dream

 

Ella no duerme ni descansa en el maratón de su muerte 

ella corre detrás de su dilema pero ama con claridad de Ofelias

 

Como en el libro de los muertos egipcio,

vamos a guiarte hasta la puerta del no mundo

luciérnagas enormes alimentadas de hongos

sirven a manera de linterna pero te vuelan

por dentro

 

Yo y doce camarógrafos, equipados de focos,

hemos tomado 128 fotografías de ti, antes y después

a la velocidad de la luz, compitiendo

en pleno umbral del ocaso,

umbral del crepúsculo pleno

 

Minuto a minuto tu agón y tu espectro:

El primero, fijará tus penas, en él protagonizas tus miserias

A veces antagonizas cuando matas y amaneces perversa

 

Y el segundo, revela tu invisibilidad, el fantoma, tu espera

tus expectativas, tu expectación, tu expedita expedición

a un lugar sin más allá donde te llamarás María

y Juárez se multiplica al cruzar una de tus fronteras

 

Las tomas no reveladas del revelado

te confirmarán fuera del 3, de 4 a 11

dimensiones por cuerdas sostenida estás

 

Para no ser la autora de tus días existes

¿Pensabas que el mundo era redondo

o estabas soñando en el amor

de un hombre que se te escapa

entre los dedos?

 

3

 

Iluministas te han montado en los atardeceres

Han dado color a tu vestido rojo

¿De dónde crees que sale esta tintura,

este borrón, esta mancha saliendo de tus ojos?

¿Por qué llaga la lanza insiste en hacer de sangre

a palpitazos un corazón a punto de fallecer

por un cupido los ojos encontráronse?

 

No solo tú, él también se ha hecho invisible

Cómo explicarte sino repitiéndote en una centenar de láminas

Ya no podremos reducir los mandamientos a unos 10

Imposible sonetearte y formas líricas de un trazo

 

Duerme y mete tus dedos allí en mi costado

por ese tajo salen las notas escuchadas

azules delfines en rosadas aguas arpegian

 

 

Estamos infiltrados de música rebotando

infinitesimalmente en el espacio

Los humanos no oyen entre los vientos

ni en los desiertos ni en los siete mares

El mar de la tranquilidad buena metáfora,

el polvo de la luna está durmiendo

 

Lentamente introduce tus dedos sin hacerme reír,

afina el tono de la guitarra y mientras lees escucha

y mientras escuchas lee la música de Miles que te acompaña

la escena de la siesta

 

Mete tus dedos en el costado derecho,

el epistemológico, el del centro

no seas incrédula del ser que yo no soy,

yo, ni mucho menos

 

El de las antiguas escrituras, sin embargo, antes de escribir

hundió las manos en el barro y se conformaba con mirar

las estrellas regadas en el río, el cielo se tendía boca abajo

y abría una cortina de gallos mudos en horizontes de fuego

 

En ese entonces se hizo el Bel-Canto, y él no decía nada

ni dijo que se hicieran los montes ni las mariposas

ni las cataratas ni los pianos de cola solamente pedía

un orificio

 

Aquí en esta página hay un filo ¿Lo ves? Hay un filo

Un filo, enterrado en el vientre por Isabella Rossellini

 

Y no hay vuelta atrás y yo no soy el autor de tus días y mucho menos

la autora de este film pero puedo darte cita en el papel de ahora:

 

“Sé dócil muchacha bonita a tus cuarenta”,

le dije, y confieso haber sentido una incómoda

posición de mando, complejito de dios de carne y hueso

apuntaba el recuerdo con dedo enhiesto

 

Por momentos me creo el apuntador,

y el dador en otros

Por siglos reconozco el huérfano que soy

o el feto que navega en busca de su padre,

entre glaciales fríos por mi madre,

oyendo un lobo

espanto del vacío y de la nieve

en el vientre de un ventrílocuo llorando soy mi propio

hijo

 

Navego como Milton y todavía

no he lanzando un solo disparo

a pájaro ninguno

a ningún

pájaro

 

Porque esta película trata de desandar el orden aprendido

para decir adiós —aunque los seres sin hálito

no acostumbran despedirse de sus muertos—

y tú ya no eres de este mundo, ni eres capaz

de obedecer las palabras de la escritura

 

¿Podré, por lo menos, interpelarte con ternura?

 

 

Desandado: Parte II

 

Currucu cucu palomita moderna de Manhattan (hace ya tiempo)

Del paseo Ahumada (tal vez)

(quién sabe) si de la Rambla en Barcelona

(y todo pasó, pasó)

 

Valparaíso, ¿te acuerdas de sus cementerios floreciendo

a las 12, los huesos de mi amor tocando el viento

al sol guantanamera dormidos bajo el sol del Eclesiastés?

 

Estambul en un mercado de especias ¿recuerdas?

Había un panal de abejas, te lamían la miel

Luego te fuiste sola a Cabo de Roca solita

Las alturas te producían vértigo de muerte

y no podías dejar de mirar el precipicio 

Lisboa atardecía en el Alfama y en Sintra

¿no recuerdas?

 

Un poema de Sofía en una piedra tallada:

“Mi tierra es el mar”, haberlo dicho antes

para ahorrarte el polvo del camino ¿tampoco?

¿nada pero de nada de ti recuerdas?

 

A los mortales no les interesas si eres una u el otro

Fuiste todos y todas en un resumen de cuerdas

Los violines y un acordeón se suman a la música

No diré qué tocan. Las combinaciones arbitrarias

multiplican los sonidos, alguno revelará mi partitura

 

Recuerda Andalucía en el verano

cuando fuiste muerta en los 80 y luego en los 90

tantas veces muriendo y ahora debes recordar

para no morir por segunda vez con los ojos cerrados

 

Una tarde de siesta en un cuartucho era

según el guión narra cerraron los comercios,

mesones también y hacía un sol de Caribe en Sevilla

reverberando sobre las tejas y tus pasos sonaban

por el barrio de los adoquines, ¿sigues sin recordar?

 

Te espiaban los vecinos por ser extranjera

y no tenías, por supuesto, ganas de dormir a las 3

e ibas a paso seguro a buscarlo a él entre las sábanas

a las cuatro, ¡a qué sí, ¿ya te viene un pensamiento!

 

Todo lo olvidaste menos la ruta hacia sus vestiduras no

El tamaño y la anchura de su falo no eso no, su boca no

Su espalda, su lengua en tus oídos, en el pezón, jamás

 

Después del crimen tuviste prisa, sí

urgencias que no pudiste saciar, no

 

Y las campanas de la iglesia agilizaron

tu cuerpo flaco y enhiesto de danzante

Y las campanas arrebatadas campanas

tensaban los movimientos a seguir

 

Coro angelical cantándote:

 

Diosa al escape corre, huye, lluvia de tristeza

Corre huye, diosa del escape, fuga corre, lluvia

 

Baja el tono, pero qué digo, si los dioses ni los muertos

lloran y estás llorando en stacatto

mientras Miguel de la Bastide te canta

con las manos “Morir soñando”,

rasga con sus dedos tu carne y

es perfecta la ocasión

para soñar

o morir

o matar

 

Coro angelical cantándote:

 

Diosa al escape corre, huye, lluvia de tristeza

Corre huye, diosa del escape, fuga corre, lluvia

 

Desandado: III Parte

 

“No usarás flores en el pelo, ni vestirás de jeans”

Encerrada vas desde el centro de tu ombligo

desde donde cuelga un diamante, más arriba

un cuchillo

 

“Todo el vestuario un traje loco de verano, unas zapatillas de ballet”

 

Cuando termine el filme tu vestido

estará desteñido y un chorro de un color

casi de negro te ha mojado la piel

 

(otra vez me acomete este deseo,

doy órdenes y me aferro a la línea del protagonista)

 

“Vestuarista: Haced muchas réplicas del vestido

Un vestido capaz de volar como ella, y que sea del color de la sangre”

           

                                                            2                                 

Acotaciones:

31 de mayo, el foco de 28mm, ángulo obtuso, te filmo

La chica frente al espejo fotografiada refleja el color

 

Cámara en movimiento la saca del encuadre, 

el revelado altera dobla, se yuxtapone con otros,

y al fin saldrá el ojito tuyo preguntándome:

 

¿Por qué ese placer en alargar lo inevitable, quién sigue el hilo

de una trama tan personal como la tuya?

 

Un corte en la yugular o en el verso y no extenderse más

El lente se enfoca para entrarte por el centro

dejarte ciega antes de que lo veas todo

por última vez, bésame

como si fuera la última vez

 

                                                            3

Viejas andaluces con escapularios

catalanes traídos de Santa Eulalia

canciones sefarditas en el mercado de Estambul

 

Pero llegas al lugar,

para todos hace un sol endiablado

 

Será mayo o junio el mes de las palomas asustadas

el año de los toros indultados echados a correr por la ciudad

 

Será mayo el mes de la virgen

de la lluvia que sale en procesión por esa calle vacía

o será esa estación insólita de un guión sonado

mezcla de tiempo

y espacio perdido en traducciones

un romance de videos embellecidos

miniatura de absurdos

                                               

Será tu vestido rojo el signo de la madonna

que se refugia en las noches y camina

las adoquinadas calles por donde nadie pasa

de aquí a la taberna

 

Porque has recorrido desde las alturas o viceversa

El ojo se extiende desde lo profundo

desde lo profundo la mujer desgreñada

sale del cuarto de cal, entonces, si ella no ha muerto

has muerto tú

sencillamente

y no eres la asesina

 

No sientes en el cuerpo en qué consiste

ese extraño asunto de morir

Solo importa que él se pinta

el hombre más hermoso del mundo y lo has amado

 

Oyendo el reloj del campanario te dices:

“Es hora de siesta. Son las 3”

y vuelves atléticamente

hacia ese espécimen de varón maravilloso

Le descubres una pena entre ceja y ceja

y su corazón traspasado

de puñales:

 

Uno no es real

como el tuyo

El dos tampoco es real

y ya no sientes ni detiernes

su punta a las tres

¿Quién ha muerto entonces?

¿Estás fingida en el filo metafísico del cuchillo?

¿Quién lo entierra en su pecho sino ella?

 

Con la cabeza baja y la melena negra

contrastando con tu rubio

El camina con los pies en la tierra

Pero tú, como Verónica, despuntas volar

 

Piedad se arremete a un deseo que no existe

Tú, al volante de tu vestido

cuyas sombras son del color de aquel crepúsculo

 

                                                4

Cuando suenen las campanas y

las viejas murmuran y se refieren a ti como la amante

las moscas siguen revoloteando

en oración para que no mueras en paz

 

Los niños corren a través tuyo porque ya no estás

Y él atraviesa por ti sin verte porque no estás tú

Descorriendo una sábana blanca

y ves que otra igual a ti

 

en un cuarto oscuro,

con cámara lúcida

oscuro oscuro más allá del mediodía,

ha sido asesinada

 

Cuando tanto correr para llegar al cadáver exquisito

Cuando se termina el guión y no hay preguntas

o mejor,

cuando solo queda

hacerse una

que tiene que ver con la eternidad

¿Lo amarás por encima del estruendo 

de las campanas tocando?

 

De lejos una gota cae                           (tam)

de rojo otra                                                                  (tam)

después otra                                                    (tam)

y otra                                                                           (tam)

 

Coro angelical cantándote:

Diosa al escape corre, huye, lluvia de tristeza

Corre huye, diosa del escape, fuga corre, lluvia

Oración

                                                        

El calendario

de Violeta

siguió arrojando

los números del año, madre, madre mía

que estás aquí conmigo sentada

en esta mesa de verano un enero en tu sur:

el puré, la espinaca, la carne

santificados por tus manos

 

Dame esa ostia

 

Tu nombre dos veces sea

que estés en los cielos

como en la tierra 

 

Y Don Charles nos proteja

 

Pido hoy la bendición

de estos tus ojos que te vi allá

la virgencita también véngase

a mi reino en Downtown Manhattan

 

Hágase la voluntad de estas palabras

perdónanos nuestras ofensas

así como también yo he perdonado

 

Ya soy libre de toda tentación

del hijo y no me dejes caer

más abajo por los filos del riel

y líbrame de todo mal,

Gabriela madre

Gabriela poeta

 

Amén

La más bella o sueño bajo la pirámide de Cleopatra en Central Park

Como los animales arrastrados, los lagartos, los gatos con los búhos los halcones con las serpientes acá abajo, como ellos no quiero corrupción de mis brazos, ni mis nervios. Quiero ser la imperecedera de esta pirámide. Ven y dale aliento a mi aliento. O dios de los vientos y las aguas, establece mi espacio, mi vientre, mi vagina, mis venas, constrúyeme, vísteme, o dios de pecho funerario tállame de leonas y buitres. Concédeme entrar al imperio de lo eterno, yo, entre animales y bestias, jamás he faltado al sol, tal vez con mis actos pero jamás con las palabras. Te aclamo entre los que aman KA. No dejes que los gusanos el fénix ni la lechuza construyan su casa y su camino en mis adentros. Ni el escarabajo con su bolita de mierda que habite mis ojos ni la oruga hile mi final antes de que caigan tus rayos. Y cuando el alma haya partido lejos, y se convierta en esa cosa apestosa, y los miembros decaigan uno detrás de otro, y los huesos se hagan polvo de tus huesos con los que florecerán los cementerios y las fosas de estos tiempos, masa inservible no seré, y la carne  convertida en líquido fétido de otros será, el hombre decadencia sea, y el final sólo su final, y perezca ante los ojos de otro dios, Shu, recuerda, yo no soy como los pájaros nadando, ni como el pez que vuela, ni como el reptil de gatos enhiestos a la manera de Bastet, o cualquier bestia o cualquier cosa buscando su cabeza en el rabo. Mi ojo no se cegará por ti. Mi cabeza  alargada no será separada de mi cuello a modo tuyo. Mi rostro no desaparecerá para tu gloria. Mi oído no será sordo entre los sordos. Mi lengua no será cortada a causa de un esposo maldito. Mi cabello no será rapado por la enfermedad. Mis pestañas y mis cejas no serán afeitadas porque no soy una mujer barbada sino tibia como leche que da leche. Mi cuerpo debe ser establecido a partir del Día Cero contando los días hacia arriba y hacia abajo. No deberé convertirme en ruina de mis noches, ni ser destruida sobre la tierra en un cementerio donde ocultan mi imagen. Ni las teorías de Fletcher inventen un roto donde no estaré ya. Que aquel que me desaparezca sea condenado, el que con puñal y navaja corte mis hilos caiga a su propio nido de estiércol y yo, resurrecta, vuelva a mi tierra. No soy un animal entre animales. Ni el más vil. Un animal del sol. Eso seré. Que mi rostro sea el más bello y yo vuelva a ser Nefertiti.

Un cuento medieval

 

Uno era la gacela y otro el cazador soñando

La gacela sueña en un claro del bosque medieval

 

Luego intuye una flecha volar con cierta elegancia por el aire,

observa su ojo atento la velocidad anunciada entre dos puntos

el aire abriéndose, el sonido producido por la distancia

donde empezó y donde se detuvo como hablando

al corazón del que va atravesarle de filo certero el suyo

y no se movió ni un ápice

 

Esa flecha se congela en el aire en un milímetro de segundo

quien la lanza no puede matar sin antes mirar a la gacela a los ojos

al tiempo que la gacela mira al cazador en la pupila

Se enamoran perdidamente

 

Y ya no hay tiempo

Los nacidos en el año del cerdo

 

Antes de encontrarte

me dediqué largos años

a devorar basura

la tenía muy bien catalogada

por

sus sabores

olores

colores

antes de llevarme a la boca

las palabras leí a muy temprana edad

algunos anuncios y volantes

que volaban por el suelo, el mío

Supe de un tal Billy The Kid II

de Jack, el destripador, en Londres

y de Ana la envenenadora

(por amor a su amante había poco a poco

envenado con té inglés a sus tres hijos,

a su marido, a sus suegros, a animal o cosa que

se le pusiera por delante. Sin piedad)

Comía frutas lo mismo que desperdicios enciclopédicos

 

Había debates sobre la pena de muerte

por fusilamientos u otras formas

pero sobre mi muerte

nadie se ponía de acuerdo

en ciertos círculos

 

Fui una aspiradora trashumante

luego me convertí en una peste

 

Nos reprodujimos fácilmente

Durante las primeras ciudades modernas

Algunas sensibilidades civiles

condenaron nuestros amores

a pleno día multiplicándonos

 

Todo lo que conocí por las calles….

¡Algún día tendré que contarlo!

 

 

Encontré a otro cerdo como yo: atracciones de la especie

 

éramos generosos con la boca

ni se diga con las palabras

nacimos en el año de la revolución cubana

cuando llegamos a finales siglo XX tuvimos cochinitas

para amarnos tuvimos que entrar al XXI en Sevilla

 

(fue imposible con los cuernos de jabalí en la cara besarnos)

 

Lo que pocos saben de un cerdo

 

No gana el pan con el sudor

de su frente, no suda

 

Bajo piel tan dura

donde el lodo y el agua lo estremecen

un primer orgasmo dura

30 minutos

y cada orgasmo de su cochino porvenir

al venirse

 

Arrasa con todo lo que ve

con la inteligencia superior del mono

la fiel mansedumbre al amar

con una nariz transcendental

lo huele todo

 

 

Gato-perro                                                    

                                                            A JS

Verás, no deberías hablar tú como Jaime en línea recta

Otro gato, el de Lewis, en inglés nos advierte:

“It doesn’t matter which way you go”, pero sí

 

Huyo de mí cuando se transforma de súbito

contra sí el gato mismo a la manera de Jekyll

 

También de la luna entre las hojas huyo

Y a mi perro le da por aullar frente a desiertos de mar

 

Perro triste como sus  noches existe

Nada invocando un océano sonoro entre dos voces

De su inexistir dice Juan todo;

y mi amigo Pedro le contesta:

“¿No oyes ladrar los perros?”

 

Entonces este instinto bipolar despierta

sin saber el porqué tiembla de terror su gato

siente ganas 

de salir corriendo

detrás del rabo

como un perro

perseguirlo y

con sus garras

matarlo

 

 

 

Un mundo posible

 

                                                            Uebos auemos

                                                            de uno muy pronto

                               (palabras arcaicas que no deben morir)                                                       

 

Mi poeta amigo comenzó un poema más o menos así

“Este no es un poema sobre lo que acontece en Irak

sino en un supermercado”

Ese poeta también es novelista

 

Yo solamente dejo que las palabras ordenen

uno de mis mundos posibles mientras hay guerra en Irak

 

Dentro de mí y dentro de otras deshoras he de partir

en un viaje siniestro al supermercado

y luego, si me da la sombra, a la lavandería

 

Debo, como en una novela, poetizar aquello que

pasaría igual que lo que no ha de pasar novelizando,

dar orden al mundo en menos de siete noches sin descanso

suspender scherezadamente la mil formas de atrasar la muerte

 

Si mi visita al supermercado fuese otra día, digamos mañana,

a pesar que los miércoles auguran grandes especiales y buena carne,

y los vegetales casi nunca están a buen precio,

y por eso nos cuesta ser vegetarianos

debido a ello habrá que pagar

muy caro por la paz en Irak

 

¡Qué arbitrariedad la de los precios,

vale un huevo la vida!

 

En Irak como en el supermercado

La ilusión de ser

 

Se han ido clasificando los síndromes  y obsesiones modernas

El afán del olvido

en profesiones donde más se olvida a otro, nunca lo otro

 

En diversas áreas de ciencia donde más avanza la modernidad

muchos seres siguen vírgenes y no saben de un beso

 

Tanto sacrificio en nombre de las estrellas, de las células, 

de inteligencias ocultas y numéricas, artificiales,

de animales húmedos que no nos necesitan,

de una mar sin hombre a la orilla

 

Las otras profesiones donde se trabaja como esclavos

en tiempos de imperialismo blanco son —según las estadísticas—:

los gobernantes y los gobernados

los narcotraficantes y los mafiosos de Manhattan

los médicos, sobre todo los de tratamiento para la fertilidad del huevo

los pilotos y los marineros, no tanto por el excesivo trabajo,

sino porque no pisan tierra

los publicistas menores de 40, solteros y gays (porque están disponibles)

los que han llegado a Hollywood y los que sigue soñándolo

los diseñadores de sueños de consumo, los creadores de marcas

los empleados de otro, de cualquier otro, intentando mantener el puesto

los astronautas antes de partir a la luna,

volando en una habitación antigravitacional

 

De todos ellos, el poeta parece ser el más afectado:

trabaja en dos o tres trabajos y si no, los inventa

no escribe poemas ni lee a otros poetas si no se lee a sí mismo

no tiene tiempo para mirarse al espejo, ni tocar su propio cuerpo

para seducir su soledad de huesos, huesos somos solitos

 

Teme la tristeza, teme los te(a)mo y nunca dice “temo”

 

Huye de mujeres de armas tomar, apasionadas, de las mujeres poetas

difíciles de predecir dentro y fuera de un poema

No quiere contestar cartas ni el teléfono o lo hace tarde cuando

al otro lado la Monroe levanta el auricular

No es la culpa de Mr. President en su cumpleaños feliz, ni de ellos,

nadie es culpable, la culpa es de una boba tan bonita

(y deseada hasta después de muerta)

 

La muerte sigue siendo una de las favoritas para encontrar el motivo poético

Pero nadie se vuela, de una vez y por todas, la tapa de los sesos

Bla, bla, bla y poemas que nadie oye bla bla bla

 

Escribe telegramas cibernéticos el poeta,

no se comunica o es dueño de lo que calla

inventa la mito-poesis del silencio y no ve su filo, su crueldad

 

Así asesina de intenciones vanas,

de acciones no hechas, de no haberlo dicho primero

y, por si acaso, el adiós ya irrevocable que lo diga el otro (la otra)

La palabra que no se dice, salva (salva al cobarde)

Por agotamiento del callar asesina el poeta

 

Crea sociedades secretas de poetas organizados,

donde no hay asomo, o apenas hay, de mujeres poetas

¿Dónde, cuándo y porqué las esconden y no las encuentran?

Hacen cofradías masónicas y citan a las muertas

electrocutadas, bajo el mar o un río de sangre

(Alfonsina, Alejandra, Rosario; a ¿Gabriela también?)

Una poeta (que no poetisas) por cada 20 ó 30 poetas machos

¿Por qué siguen matándolas en guerras no confesadas?

 

Y luego se pregunta si es que se pregunta, por qué las poetas

(y no los poetas) hacen editoriales para mujeres

congresos de poetas mujeres y los hombres “no necesitan hacerlo”

Hemos regresado al origen de los dos huevos del sicario dictador

 

No quieren saber de confesiones, ni oír el yo, ni oler sangre

Son elegantes, formales, correctos, eso sí, todos políticos e inocentes

de culpa y del pogromo que día a día nos infligen caballerosamente;

“Pase usted primero”, articulan, frente a la guillotina

Sí son prácticos, elocuentes con el silencio

prolíficos con las formas perfecta del verbo ser

En negativo conjugado: no eres, son has sido, no serás

 

Estos poetas no aman, o aman a aquellas que callan

porque están como ausentes

y las aman profundamente

 mientras más lejos mejor)

y no protesten del lugar que, por disimulo, le han dado

Todas queríamos ser reinas y poetas como ustedes poetas

¿“Yo sigo siendo el rey?”, nos cantas así no más en la frontera

de Juárez, ¿Que no es lo mismo ni se escribe igual?

 

Son cobardes hasta la médula y dicen odiar la cobardía

Son tiernos insoportablemente tiernos y lloran por el poeta

los que fueron (aunque sigan soñándose poetas)

Son apasionados de la vida y frente a un ocaso dejan escapar una lágrima

No citan sino a amigos, son fieles entre machos, y entre hembras, niños de teta

 

Reconocen al poeta muerto y al vivo

que todavía no lo está por el mito de Narciso y del Eco

Frente a un río se hacen preguntas que por el día no repetirían:

 

¿Es el mismo río shakesperiano frente a la cabeza de una calavera,

to be or not to be,  quién verdaderamente soy, quién mi poeta?

 

Tiemblan como todos los condenados a muerte;

y por más grande que haya sido el crimen, en el fondo,

recuerdan aquella cometa tan bonita de cuando fueron niños

 

¿Por qué sé? Porque amé a un cobarde por poeta

O amé a un poeta doblemente cobarde porque amó a dos poetas

—en el afán del olvido—

 

Porque lo conocí de lejos y de cerca

Porque terminé siendo muchas veces como él

Porque fui la poeta desterrada de la estación azul

Y las princesas suspiraban en su órbita

Y yo no quería seguir triste

Por una eternidad sin rey

 

Ese poeta no se parecía a los otros porque pensé que me quería

pero quería también a una Luna y a una Estrella, por igual

 

Porque no voy a negarle su trono, su dulzura, su poesía

Pero incorrectamente pensé que era un poeta leyendo a otro poeta

pero no tenía tiempo para leer a un poeta anónimo con faldas,

de espalda, a distancias donde la piel deja de ser piel

en la frontera de un beso, y más al norte no la besa

Pero lo amé, supe del poeta en su estación del olvido

Una lástima que no supiera él de la poeta en la estación de ella

Se olvidó de ella al final de un largo día de trabajo

Las hojas seguían cayendo en otoños

 

Eso hacen un poeta para olvidar a otra poeta: trabajar las 24 horas

Pero olvidó más, a sí mismo

Pero más, escribir un poema

Pero más, que pudimos ser dos (cuando éramos tres las poetas)

Así, entramos sumadas a ese catálogo con la primera línea

la segunda o la penúltima en el afán del olvido

 

Y ahora vienen ellas, las poetas

donde estoy yo escribiendo

porque no se condena o se culpa así como así,

en el afán del olvido:

¿Tendrá la poeta del poeta los pantalones bien puestos para mirarse a su espejo?

¿En esa triste estación del olvido en su afán de olvidar?

 

2

 

Ajúa,

Ya he olvidado a aquel poeta

Paquita la del Barrio te dedica esta canción:

“Rata inmunda”

Ajúa

 

3

“Diosito, hazme feliz sola”

Quiero recordar el sol de que está hecho el olvido

Dijo Paulina arrodilla en un pedacito de cielo

en una extraña peregrinación ajena por las 7 capillas de un Mompox de barro

 

Sonrió

Miro los rostros de los campesinos indios

quiso tener toda la fe de la tierra

y

desde entonces, después de Dios haberle concedido

lo pedido en la plegaria,

escribe con autoridad

sobre cobardes

Igual que aguas

C

                                                I

 

Igual que aguas malas igual que hay aguas

igual que aguas buenas igual que hay

me llevan toditas me llevan toditas las aguas

igual que el fuego cuando quiso ser agua

 

de aguas solas me vengo de aguas solas

solas alas olas aguas solas mojada

de arenas ala agua de lluvias quietas llorando

de rocas golpean olas de arenas solas

cielos salados asoman y se salitran

se desliza la duna a leves arenas

tiembla la calma cuando de lluvia

pero de espumas no quiero nada

 

Ni es oída mi voz en las aguas

en las aguas no pasa nada

pero hay aguas que malas son y son tan malas tan

tan de danzas lleva el vestido de olas picadas

capullo rojo arrecifes entre las alas

sangrando corales muriéndose entre las piernas

blancos cementerios caracolas de la mar

desparramadas sus senos dos estrellas de mar salada

 

las olas el rostro blanqueándolo y no había peces

todo blanco blanco durmiendo ay durmiendo entre góticas

catedrales de pájaros una noche un pez encallado sobre la nieve

la madre pájaro pez a picotazos bajo las alas sacaba sangre

los pichones bebían se hartaban y cantaban un blues rojizo

“Mamá —cada cual decía—te quiero tanto

porque por mí te mueres” pero del agua hablaba

y de pájaros peces volando no de la nieve la nieve

sangrada de jeroglíficos copos de agua

y peces como pájaros nadando

 

¿cómo la forma arbitraria siempre se derrite o se agua?

 

Y el blanco en la noche sigue en blanco

una lágrima hundida en la mar ¿y qué has ganado

llorando? ay aguas malas tan malas tan al vientre

ventriloquean tan malas los mares y quedar boqueando

como un pez fuera del agua fuera del agua sé

voy sola a la mar ay se va sola en las aguas

del vientre olas quítenle la estrella el polvo la arena

pónganle otro cuerpo levanten anclas albatros

vuelen gaviotas vuela amor mío vuela por el mar

hombre de agua para mujer sirena acantilado

 

corrientes aguas puras cristalinas para ella casa

de agua de sombras de sol tabaco habanero (luna y mar

de la desolación: un hombre pez para mujer de agua)

y sólo son son son el mar (soledad cardúmena)

quién me responde pero no son son lo que son

ni serán quienes contesten porque siempre se es

se es otro cuando se son de ajenas extranjeras aguas

y el mar son y no son mar sin son soles volcanes

y no hay agua de aguas de acá sino no son de allá 

“¿el mar es un desierto de la mar sin son ni sonido

en cada una de las caras de la luna y que lo mueve,

hijo, la o o la a? ¿qué mueve el sol, y las olas y mi

mi lengua cuando ya no me queda ni tu leche para darte tanto?”

 

Ahora la madre pregunta a la mar de dónde ha partido

se hace preguntas devolviéndose a su vientre

y el hijo sin madre nada responde porque un hijo

con una madre loca sólo ve un barco alejarse

                                   

                                                II

No le expliquen a ella geografías de campos amarillos ni a mí me den agregados poéticos al margen del azul no me interesan las fisuras del saber terráqueo no hay sino una ley gravitacional en las esferas convertida en otra ley de lo invisible y nos afirma tú eres un pez y yo soy otro pez que habla en tierra el mar negro contiene todas las respuestas no se ven ni se oyen las preguntas pero peces luminiscentes infernales producen destellos de luz y me lo cuentan todito a través de las ondas el mar de todas las galaxias allá abajo yo miro en dirección de mis pies me lavo las aletas me arrastro me hundo me ahogo en la tierra me lleno de agua no de aire huelo mal como pescado muerto pájaro en el mar de los acantilados de mi cuerpo en el cuerpo  de los peces en paz que me dejen ese niño exige por la raya horizontal el agua-leche por su boca lame vuela su lengua continente atlantis del no volver a ver

Mamá, —dice su hijo— ¿por qué el mar se va y se viene?

¿por qué no me sigue? me pongo mar y sola te hallo de caracola blanca encajes marinos le pongo de novia de espumas nada llamarme a solas llamarme debería y este sol frente a arrecifes y faro de frente al viento que ha carcomido tu boca, ah tu boca, ah barco hundido, ah ah despiértame aah en la arena que me arrastra a aah mares de sombras mi cara de lunática luna pretendiendo sus mares

 

¿y ese papel en ácido flotando, otras aguas para hundirme?

¿y encontrar mi imagen después de mil palabras sin ancla?

 

—Abuelo,—pregunta un niño—¿estuviste en el arca?

—No—, le responde.

—¿Y por qué no te ahogaste?

Todas las preguntas del principio inocentemente perversas son nada en la mar igual que aguas malas igual que hay aguas igual que aguas buenas igual que hay, ay, me llevan toditas me llevan toditas las aguas igual que el fuego cuando quiso ser aire,

igual

igual

                                                            III

                        April is the cruelest month, breeding

                                                TS Elliot

sabía sabia savia del agua para algunos los ahogados de abril un mes hermoso respirando por el ing gerundiaba un inglés un principio con mar e moto por el año 1985 precisamente en méxico las catedrales los empedrados se aguaron en la memoria de los desaparecidos de la tierra madre madre nuestra que estás esparcida de rodillas de cenizas en el empedrado soleado de la colonia guadalupana tepeyac pero si me hubieras hecho caso no te habrías deshecho hacia abajo en la gravilla con una llave al siniestro portento del sagrado corazón de jesús precisamente cuando pisabas el séptimo zapato por algo será que fueras quien fuiste en aquel junio postraras la testa el cuello por zamora para sostener el hilo de la casualidad para ti y tus ojos nada más virgencita al envés de la medalla amén dije recordando a mi abuela hipólita

y no es que abril sea el mes más cruel sino que hablar de meses resuena hermoso en los adoquines ciudades despiertan a la luz de tus tacones como hablar de una sirena que enamora con cantos a la muerte taca ta tá después de hacer el amor con un mortal marinero solitario que echose al mar dijo amén dos veces frente al rosario besando su cruz en el mes mas más tibio de la estación de junio

 

ahora trenes para la estación de adioses adiós gracias no fue abril…/

Intermedios con cortometrajes, largometrajes y guiones de películas inéditas

 

Largo metraje

Correspondencias 21

 

Las palabras y los silencios nos afectan

nos liberan, nos inducen al sueño o al éxtasis

de la inocencia perdida que buscamos

 

Vuelvo aparte a hacer el amor frente a la pantalla

Encuadres y secuencias de otros

confirman que no estamos solos

 

Eastwood en The Bad, the Good and the Ugly

Fue un chileno flaco, vago y mágico en Palm Beach

Johnny Guitar nos recuerda a los amantes ingratos

The Hunger el amor prohibido con el que temblé

La lección trascendente La Belle et la Bête

 

The Cook, The Thief, His Wife & Her Lover

El amor redimido al final por la bella Regina

Escatología y fondo barroco para los enamorados

como yo abierto a las formas en fuga

Los colores se desplazan en los cuadros

tal como en las iluminaciones de Rimbaud

Que no son místicos como se piensa,

sino simples dibujos con palabras

 

El papel resiste seguramente Hiroshima, mon amour:

 

“El film ha sido hecho lo más posiblemente parecido a la realidad,

la ilusión es simple, es tan perfecta que los turistas lloran”

 

Muerte en Venecia Mahler su quinta sinfonía

Lo tabú además en la edad cuando lo bello parece inalcanzable

El amor nos lleva al sacrilegio

La tinta corre bajo el sol y se despinta el negro

de unos bigotes fingidos

 

Passion d’amore modelo para los feos esperanzados

contando sus historias a las estrellas

enanas solamente en la tabernas

 

Y la dimensión política al otro lado de mi ciudad y mi isla

El cine cubano contra un cine francés, nada que ver

 

 

Pero sobre todas las cosas, el cine japonés y el chino

cuando la erótica supera a Occidente en lo más elemental

del tacto y el ojo

la seda y el gusano,

el tatuaje y la amante,

la duna y el falo y sobre todo el rojo

 

¿Y en dónde queda lo que sobra en el espectro de mí,

 en las historias ajenas?

 

Nada se repite, podríamos intentarlo

porque si de algo es posible hablar

es de la luz en el día cuando se apaga

en una sala oscura y se prende un proyector

con luz artificial y una pantalla

con la palabra fin nos devuelve

a la calle

 

Cuando se cruza el umbral y no vemos al otro

o el otro es una respiro, un hálito a punto de extinguirse:

 

Él: "y abrías la bragueta de mi pantalón

y me metías mano mientras los otros miraban"

Ella: "y si al palpar tu boca y tocar tu falo sumo más de 100 nombres con un rostro"

 

Para volver a lo oscuro y a la calle en la luz

donde todos somos ciegos

 

Érase Louise Brooks en su Caja de Pandora y ya no hay remedio

Definitivamente hemos amado lo ajeno,

lo que va a morir

intuyendo químicamente

el desacierto del encuentro

 

Volveremos a tratar eso que llamamos el alma gemela,

la media naranja, el punctum de la escena en

The Purple Rose of Cairo y en Citizen Kane

¿Cuáles fueron sus palabras al morir? ¿Rosebud?

El capullo de la flor parece todavía un misterio en sus labios:

Como tú, mujer detrás de la cortina, repetida:

 

“I just met a wonderful new man.

He’s fictional but you can’t have everything”

 

La materia del amor ciertamente se corromperá

Por suerte no se destruye, estará en nosotros

repetida y siempre incompleta

pasatista como en La Dolce Vita

En fin, quisiera recordar lo que vi y todo

lo que vi dos veces, oscuro la primera, ciego al final

 

Hoy por hoy todo es mezclado, confusa

la película, sólo así narro el cuento,

en fragmentos y citas soy un otro,

recuerdo dónde estuve, con quién, por qué

y mi cerebro se electrifica de pasiones en om

 

Hoy todo se va despacio en procesión como

en Det sjunde inseglet de Bergman,

todo parece enfermo de amor como en Persona

Abandonado y apocalíptico, arañas,

fotos de una infancia que no tuve, un paisaje

en un remake que tendré que buscar

antes de volar en rascacielos volando: Blade Runner

 

“I've seen things you people wouldn't believe.

Attack ships on fire off the shoulder of Orion.

I watched C-beams glitter in the darkness at Tannhäuser Gate.

All those moments will be lost in time like tears in rain. Time to die”

 

Desesperado y sangrante de amor eterno como en Nosferatu

de Murnau a través de los ojos de Herzog y los míos propios,

y así, debo recordar las noches de cine en mi primer teatro

porque fueron las vidas que tendría que copiar de la pantalla grande:

la que vamos editando y montando

en esta vida

que hice y no fue

 

Tiempo de morir

Mi marido, el cocinero, mi amante y yo

Como en la película 

Hubiese querido ser la esposa de un ladrón como él:

ordinario, inmundo, asqueroso, vil

verlo lanzar a la mierda de los perros a muchos

literalmente riendo de semejantes proezas

degradar

soltar la carcajada mientras le sale comida

disparada de su boca a la nívea ropa de los invitados

verlo caminar prepotente entrando a un palacio

seguido de matones que lo escoltan

 

Y yo, la reina de la corte, a su lado

 

Que todos dijeran sí porque de un no las cabezas rodaban

De ese modo silenciosa

perfectamente ataviada en oro

de misereres sentarnos a la mesa

servirle el plato principal entre mis senos

sangrando

sin decir ni una sola palabra, abortarlo

 

Hubiese querido un amigo cocinero para comérmelo vivo

servirlo a la mesa

después de haberme hecho viuda de mi amante

¡Gran Finale!

 

Nada de eso pasó aquel viernes,

Regina invertida, la puttana, suplicante pide

un narrador de la escena al cocinero

siete noches, solamente eso

un menú perfecto de amores gregorianos

y todo pasó, y no ha pasado

y todo habrá de contarlo Richard

para creerme la verdad de aquellos días felices

cantados en la voz de un ángel castrado,

y en silla de ruedas por su culpa

Matar al esposo por bestia

ponerle la pistola en la cien

y al compás de una bala certera decirle:

“Goodbye, Caníbal”

Pero no, “ése quisieras tú por personaje”,

Esa la película de otro

El sin voz (Paolo frente a la Rosa del Paraíso)

 

Les gustaba lo que hacía, las tomé en distintas poses,

les hablé en portugués, para ellas leí en español

las mismísimas cosas que leyera como propias en toscano

a la Franchi, y parloteara ella con Beatriz por los infiernos

 

La viva antes del parto, ¿o la muerta?, no recuerdo 

A las dos, por partida doble, las amé en español e inglés

 

Paca, despechada en el DF, cantaba “Rata inmunda”

 

Sabían los muchachos bonaerenses y chilangos,

alrededor de mi órbita, toda mi vida andaluza

Pinté, leí enardecido, fuerte, seguro de mí mismo

dije que no te quería, que el punto fulgurante

y absoluto de Dios me había hecho entender:

 

En adelante será más corta mi con versa,

sólo de lo que recuerdo, que la de un infante

que en el pezón baña todavía la lengua.

 

Eso dijo el otro Dante al final y no les miento,

si lo dijo él, reverenciando a Dios y lo perfecto,

¡por qué no yo cuando empiezo a vivir el día cero!

 

Sí, me gusta el poeta de este Paraíso, y esa línea:

que en el pezón baña todavía la lengua

 

¡Qué bárbaro poeta!

                                                             FINIS TERRAE EST

                            Gratias Deus, qui est per omnia saecula benedictus

Salvador(a)

                        ¿Por qué buscar entre los muertos al que vive?

                        No está aquí, ha resucitado" (Lc 24: 5-6)

 

Tengo dos hombres, crucificados, uno a la izquierda

Otro a la derecha, según las escrituras, estoy en el centro

El primero en hablar parece estar arrepentido

Sangra menos, pide estar a mi lado por una eternidad

El otro sigue maldiciendo e iracundo escupe sangre

desde el madero rabia y si fuera dios nos mataría

se llevaría hasta los clavos de mi cruz, a mí con ellos

Le interesan los submundos, aspira llegar al infierno

 

Me gritan que demuestre mis poderes, los incrédulos

Bajando de la letra permitiendo todo esto en mi cuerpo:

la desnudez de mis huesos, dos brazos extendidos en alas, 

las piernas juntas, pies encaramados a un hilo, yo pendo

en esa letra total de las entregas y el pecho desbocado

 

¿Qué si duele, o si sangro, si han dejado de manar

los dos rotos que atravesaron, mis costillas?

 

Mis ojos estén fijos en los ojos del otro, de un mal hombre, 

con bandas sediciosas, un mal hombre robando corazones

nadie sabe a qué lado lo tengo, si al siniestro o al diestro,

todos fueron conjeturas de Lucas, de Santiago y otros dos

Gracias a su hacer se fueron cumpliendo 60 profecías

 

A mi padre le hablo y para disimular frente a Magdalena

de Magdala y frente a María bienaventurada madre de 7,

frente mis hermanos legítimos y aquellos que nadie nombra

Digo: Perdónalos, que no saben si escribo un evangelio

hablo en parábolas y miento de ser necesario

 

Mi favorito confirmará mis prendas por el suelo y Juan dirá:

“El discípulo favorito “vio y creyó”. Salió de la cueva convencido

 

Es posible que ya libre pregunte por Magdalena de Magdala

la invite a pasear por el desierto del Negev mientras deposito

en sus oídos y en su vientre todos mis secretos del pasado

 

Andrés y Pedro dudaron que ella fuera la elegida

Los versos finales los entregué  a una mujer, dicen

a una mujer de las calles de Magdala, a una mujer mala

 

Siempre fue así desde antes de mi cruz. No cumplí mi promesa, 

no llegué al Paraíso, me quedé en tierra. Me enamoró Barrabás,

a la izquierda de mi seno dormido, lo digo con razones de peso

el de mi seno derecho me durmió

 

Ahora de vuelta, 

voy llegando a los finales de mi cruz en el calvario

Ninguno de los dos originales bandidos podrán disputarme,

ni al tercer día ni los días por venir, me habré ido bien lejos

Por los desiertos de Jerusalén y Cefás hasta las doce, de copas

Otros gallos cantarán por mí y ya no habrá amaneceres

Hablo. Magdalena me oye y  me escribe.

 

Los otros compiten con ella y ella calla

.  

Mi amor sigue intacto por ella

 

 

 

Lisboa

Antes de ser un matador

entra el joven aprendiz de torero con los novillos dóciles

hay uno desnudo negro marfil, el otro testículos al aire

 

El matador todavía inocente de muertes ajenas

acaricia el cuerpo del gigante bajo los cedros

 

Y también los eucaliptos durmiendo la luna entre las ramas,

de blanco redonda, se estremecen

 

Es posible que un río cerca suene, el viento mueva

las maderas en cerco que marcan el camino de las bestias

 

Entonces, yo estaba en mi tierra y me contaron que a estos toros

se les perdonaba la vida y que eran los toreros los indultados en Lisboa

 

Hay tantas maneras de hacer el amor, y dejar el cuerpo intacto

 

Yo pensé en la muerte de la torturada bestia, busqué el rostro del matador

en medio de los dos, él que sacude una tela ciega y afila un arma

 

Luego, me hablaron de los toros bajo la luna hechizados

Los que parecen, como las esposas de Krishna, seguir la flauta

 

Sospeché del cuerpo delgado y enhiesto de ese aspirante

Erecto, bajo los mismos rayos de esa noche, su sexo

 

Y así, no hubo humillados ni sangre, yo sólo imaginaba

el final de la estocada aquella hermosa noche de verano

 

 

Intermedios Musicales

Sinestesias

 

Muchos atestiguan que Skriabin

discriminó en términos igualitarios

Do Mayor y Do Menor

 

Sus amigos observaron que indiferentemente

cuando pulsa a mano derecha o a la izquierda

el orden de la varita conductora

le hace pensar en 365 millones de km2

 

Sea el mar, mes 2

 

2

 

Rachmaninoff escribe en su partitura en Re

algo sobre un tesoro oculto

quien descubrió el oro fue Korsakov

pero desconocía el parto sin dolor

 

Habló de intuiciones en hologramas

la tierra emerge no al revés

los pájaros no tenían cielo para volar

solamente los peces a unos 4,000 metros abajo

 

mes 3, el feto da señales de querer chuparse el dedo

 

3

 

Receso

 

Ella Fitzgerald en How High the Moon

Fumar

Ella Fitzgerald en Summertime

 

Beber Agua

cuatro tragos

antes 2 elotes de Veracruz en Bedford Avenue

 

Cruzar la noche en vela a las 12 oyendo a Thelonious Monk

en Round Midnight o la sonata de Beethoven al anochecer

 

No queríamos despertar al amanecer

París contigo como Venecia sin ti

Tengo que estar en París ese día a esa hora

El problema actual será no saber cuándo saldré ni cuándo llego

Debo ir a París salir a París como se dice a Roma

 

Mis caminos no conducen a sus brazos

no sé exactamente de quién hablo si lo conozco

pero París como se dice Granada como se dice Córdoba

como se dice Sevilla

donde un hombre andaluz duerme despierto

una ciudad anuncia sus desvelos en mis ojos

porque sueña las 24 horas del día y ama otras 24 horas más

Me dijo que allí estaría cuando los otros sueñan durmiendo

París como se dice París la que no duerme jamás con él

A la orilla del Guadalquivir me espera Juan sin él

Y yo hago el recorrido con los ojos puestos en un Pablo

Pero el tiempo y el espacio nunca fueron exactos para mí ni para nadie

Yo Madeline tal vez llegue cuando

en tu viaje con mis ojos yo no esté

como yo estoy en mí dos veces

Y París

Porque París me lleva a otro destino

más cerca de mí misma y de no querer estar en ningún sitio

Porque ese destino como mi cicatriz en el vientre

le pertenece a una Madeline analfabeta,

la de Ludwig prediciéndome en 1959

una niña huérfana caminando a ciegas por un puente

y esa niña que cayó al río, dicen, era yo

 

Le Seine, sí París, un río de vivos

y muertos donde cuerpos descansan

bajo la luz de la luna donde cuerpos

desaparecen bajo la luz de un farol

donde mi cuerpo nace cuando debería morir París

no s’il vous plaît

no conozco París sino por libros

Tipografías

                                                           

Dijo haberle sido fiel en aquella ciudad de Portugal

¿o fue en Tamurt ‘n Akkuc?

Era su estatua en el jardín poblado

 

Le rindió homenaje en sus libros

habló de ella cada vez que volvía a su fotografía

 

Volvió al norte de la ciudad de su poema

Para saber en su viaje de amor si ella estaba todavía

 

La amó mientras estuvo en el estatuario

rodeada

de rosas

 

Y encontró el jardín vacío a su regreso

 

Sin jardinero no sólo las rosas mueren

las estatuas también

Más blanco el mármol de su pecho

la frialdad mayor en sus pupilas

Perdió la gracia perdió su color

 

No la amaba sino en signos adyacentes del rojo

 

Sin la puntuación de los verdes húmedos

sin el atrevimiento de inclinarse a mirar un pájaro

Ahora se inclina ella, la rosa, en su pedestal

como si fuera a caer al vacío una estatua de balcón

 

Es la vida dijo, con aire filosófico, y añadió:

 

¿Qué pene por ella?

¿Qué pone por ella?

¿Qué pena por ella?

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