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365 esquinas

Presentación en Huelva, España, a cargo de Uberto Stabile

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Por la ruta creativa de Madeline Millán 

Carlos EstebanCana

 

Versión larga en http://revistaislanegra.fullblog.com.ar/tag/madeline/

 

Para realizar este boletín dedicado a Madeline Millán repasé toda la obra que tenía disponible en mi biblioteca bajo su nombre. Por eso quiero incluir una muestra antológica en una edición futura de este boletín. Y su libro 365 esquinastiene la liviandad y complejidad suficiente, totalmente adecuada para mi gusto. Con cierto aire de nostalgia en las primeras páginas y una poética silenciosa y sutil que va develando su perfil mediante una prosa repleta en intertextualidades, 365 esquinasno cansa, no agota, es preciso, es raro. Es un libro del cual apenas se comentó algo, pero es un libro que hay que leer. Escuchemos lo que la propia Madeline tiene que decir acerca del más reciente título que le publicó Terranova Editores.

 

MM: El libro se llama 365 esquinas. Mezcla poesía con narración. Como dice Elidio, algunos relatos son poemas y algunos poemas son como relatos. Es un libro muy híbrido. Y nace porque Mairym me dijo una vez, estando en mi casa en Nueva York: “Madeline, tienes que empezar a contar todas esas cosas que me cuentas acerca de tu vida.” Y gracias a que ella me animó dije: “Coño, voy a empezar.” Precisamente uno de los primeros relatos es con la palabra coño, acerca de un accidente que tuve con una carretilla, y en el que me sacaron todos los dientes de leche y me partí la lengua. En esa época yo tenía cuatro años y no hablaba. Yo me crié con mi abuela y mi abuela decía que yo no decía nada. Y la primera palabra que dije fue coño.”

 

Entonces lo que me ha gustado, que le comentaba hoy a Vanessa (Droz), es que para sorpresa mía, puedo recordar mi vida cuando era pequeña sin llorar, porque fue una vida que no fue un jardín de rosas. Sin embargo estoy feliz porque puedo recordar y me puedo reír, o lo transformo en un acto de risa o de sonrisa. Y digo: ‘Que chévere, como me estoy sintiendo.’ Lo he transformado todo casi como lo hizo Edith Piaf. No me arrepiento de nada y, de alguna forma, estoy contenta. Sale algún tipo de alegría. Hay algo que aun siendo triste, de alguna forma, en el texto tiene una sonrisa. Y estoy escribiendo así. No te puedo decir que todos los textos van en esa dirección, pero me estaba riendo cuando los hacía y entre los recuerdos estaba saliendo mucho humor.

 

Este libro tiene un relato que yo adoro que es el de 365 puestas de sol, un relato que termina como una película y tiene al final la palabra ‘fin’, y todo lo que oímos y vemos del cuento termina en que es una película. Incluso los personajes se mandan a callar unos a otros al final: ‘Pero oye, no me has dejado ver la película.’ ‘No te has callado en toda la historia.’ ‘Ah, pero ya pronto se está acabando.’ Y al final todo el mundo recoge las sillas como cuando se veía el cine al aire libre, y se acaba la película porque llega la puesta del sol 365, 365 puestas del sol que es lo mismo que una salida del sol. Todo el mundo está confundido. Nadie sabe cuando sale o se pone el sol. Y de ahí sale. Yo siento que 365 esquinasno es un libro amargo. Me río, lloro, se mezclan todos los sentimientos. Todas las máscaras se mezclan.”

 

Presenté365 esquinasen España. Ese fue el libro que presenté en Huelva, y en facebookaparece cuando estoy con Uberto Stabile durante la presentación oficial. Leí algunas de las piezas a niños de escuela superior, y pasó algo bien cómico porque antes de contar el cuento les digo: ‘Yo quiero que ustedes juzguen si es ficción o es realidad.’  Leo el cuento y al final pregunto. Ellos me contestaron que mi relato era de ficción. Yo, les contesté, fue realidad. Y ahí todo el mundo muerto de la risa porque es la historia de una niña que come hormigas y ellos no se lo pueden creer.

 

Ese aroma a nostalgia que destila algunas de las 365 esquinas, sublima la tristeza con el lúdico juego de memoria y, contrario a lo esperado, una sonrisa acude a los labios… La conjura del arte con la belleza hace alquimia. Por eso también la liviandad del texto. La sonrisa por la lágrima. 

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POEMAS SELECCIONADOS DEL LIBRO 

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Sobre la foto arriba. Puerto Rico estuvo presente en Huelva, durante el otoño cultural de Huelva (2009). El libro debía llegar para su lanzamiento. Y, oh sorpresa, no aparecía. A Uberto Stabile se le ocurrió mirar en su despacho. Allí estaba. A unos minutos de comenzar estrené el libro. La audiencia de adolescentes de 16 años fue muy cálida, y con ellos aprendí algo: la realidad es más fuerte que la ficción pero no se cree en ella. Al leerles el relato de la niña que comía hormigas, no se lo creyeron. 365 esquinas y Día Cero son dos libros híbridos. La frontera entre poesía y relatos me parece que no logro captarla tan claramente como otros poetas. Para mí Pedro Páramo, La metamorsosis (Kafka), El principito, por mencionar algunos,  me ofrecen más poesía que libros enteros escritos como tal. 

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(Agradezco al editor de Terranova, Elidio La Torrre Lagares y a Ana Yvelisse, por la fe que tuvieron en mi trabajo. Fue el segundo libro publicado en Puerto Rico del que se publicaron dos tiradas con distinta portada. Día Cero fue el tercero también a cargo de esta editorial). 

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Esquinas invisibles

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Allí hay una esquina pero nadie la ve, la toca, movimiento no exige, partidas no, saludos, convenios sí, una maja desnuda va, Lisboa, gatos en junio, encuentros, torceduras, para no morir, virazones de tornados, allá va Nefertiti, por las adoquinadas calles, colas de huracán, aguijones de escorpión, adioses, besos, por segunda vez, estiércol de escarabajo, gomas de mascar, Ludwig Bemelmans, Sofía, no lo pude evitar está en mi naturaleza, él se fue, la oreja de Van Gogh en subasta, vientos alisios, un hombre, ciudades con puertos, remolinos, cámaras, Tristán e Isolda, Xochitepec, casa con fantasmas, todo huesos huesitos, sombreros, choques, cicatriz en el vientre, descensos, escaleras, contar números hacia arriba, haciaabajo, el mar es mi tierra dijiste en el Alfama, no eran tus palabras, muertes, doble a la derecha, volver en tres días, desandar, rojo sobre Manhattan, Wagner, Shakespeare, Pedro vine a buscar a mi padre, cochecitos, toros indultados, papeles destinados a una cuneta, páramos, eclipses, haberlo dicho antes, polvo de estrellas, mana miel por las manos, miel en los mercados de Estambul, avioncitos de papel, tenía 20 tantos años, era inocente, una paloma, lunas perversas, 11 de septiembre, los poetas no sobrevivieron, estrellas, toros mansos, vieron tus cartas volando desde una torre, el malo, el feo, y el bello, todos en uno, Venecia, siga directo, sin ti, los amantes, largo metraje, Monte Vecchio, la calavera en un soliloquio pregunta, el collar de Ibn Hazm,  había tanto dolor, ríos y piedras, una mujer, Romeo y Julieta, la vida es maravillosa apunten, fuego, aviones compitiendo contra patos salvajes, un baúl olvidado, clips, la vida es como un bolso de mujer, beber o morir, vendedores, la metamorfosis de Kafka, para ahorrarme el polvo del camino, el canon en D, alcantarillas, desnudos, carteristas, espías, La Montaña, en la acera cucaracha sin padres, canastos de basura, Palm Beach Road, omnisciente en la punta, Pachelvel, los dos en un sofá, dios, me orino, matrimonio del sol y la luna, pensé que me amabas, no te acordabas de su nombre, omnipresente en la flecha, 9 meses, las sandalias aún están conmigo, es un retazo de olvidos, se encuentran, antes de serlo se parecía a Gregorio, cómo se llamaba, sólo quedan zapatos, buzones, en un sótano, el tren o isla  larga, perversa, chulo de barrio, Dante mintió, leche, puta virgen, mi regreso tiene que ver tanto contigo, hay un cadáver bajo las palmeras, réquiem por quien te amó, por cábala se dice, los padres barren el suelo de sus hijos, ¿con sus hijos?, virgen puta, abuela vigilante, amante mío, 1989, ahora qué, parí un hijo se me murió la abuela o fue al revés,  si a esto se les quita las comas tendrá otro sentido, fin del mundo, dios se apareció con una niña en los brazos, llegó justo a tiempo, su sombra larga vino a buscarme, vendedor ambulante, seda pura seda, ¡ay Johnny Guitar quería respuestas!, entonces le creí, chompas señora, tengo tu sombrero en el altar, sin madre cómo va a ser pero así fue, eso soy yo, Joan Crawford dice que lo ha esperado todos estos años, sin padre como fue pero así es, he sido la esposa de un vaquero, si cambian los personajes la historia mutará, Paolo y Francesca hicieron llorar al poeta, él estaba en los infiernos, principio de un camino, no aprendió inglés pero se llama Johnny, kiosco de revistas, para llegar a la flor de paraíso doble al final y siga bajando en círculos, si la estructura se corta y se atraviesa con aliteraciones, encabalgamientos y cruces, vestido de negro, fumando, Avenida de Mayo, te espero fumando, me lavaste la cabeza, me lavaste los pies, Blade Runner y todo lo que vi desde entonces, en una de esas esquinas el Cecil Hotel, te amo paloma mía, les miraban al pasar era un milagro químico, huyo por carreteras de la Patagonia, a pie, dad permiso a la lengua para besar o hablar, guardián con semáforos, cementerios, cuna, este tango, tan golpeados también, llegar al obelisco, tu falo debe estar entre las maravillas del mundo, Darwin renegó de las tortugas, cine los miércoles, qué recuerdas, flor que se abre, decía ser un enviado, flor del desierto, sufrió desvaríos en alta mar, venta de concreto, nieve, la puerta del Sol, luego Valparaíso, polvo, fue antes del verano, los cementerios florecen no sé si de sol o por tus huesos cuando tocan el viento, capullo que se cierra, el marinero mató al pájaro sagrado, había un esqueleto sosteniendo una guadaña, porqué no me querías, tres islas y una más, uno a uno fueron cayendo, todo lo que no cabe en la boca sobra, la luna menguando, estrellas de mar, 5 avenidas con obelisco, estuve sola le decías, el polvo, nada, faro, ojo ciego, de huracán, iglesias, ojo inocente, me ahogo, citas, cambiar la sintaxis, mar por todas partes mar, naciste con una mancha en la frente, una mota en el viento, Frankenstein, huérfano, ¿quién es la madre?, alterar el quiebre lógico, le pregunté que hacía allí, llena la caja de Pandora sorpréndeme, corría por los hielos de la Antártica y aullaba ¿era un hombre, un animal, un monstruo, el hijo de alguien, de nadie?, niña con flores pero no para ella, Mompox de barro, Mompox de filigrana, la tinta corre por estas ramas, ojo con soga al cuello, mujer sin sombrero, una amapola, Louis Brooks estuvo con nosotros la primera noche, ¿no la oíste?, calvo con sombrero, no nos lo creeríamos si lo contáramos, celestina, me dijo que esperaba, yo soy Frankenstein, barco meciéndose, fue triste Lima, “No, no era muda solamente no hablaba”, hermana de la luna, cuarto 214, gemela de un rascacielo, ¿cuál de los dos es el monstruo, cuál de los dos el padre?, escuela de pájaros, hechicera Sabina, Oaxaca, a las alturas de Washington, eres el señor drácula, los peyotes volando, cierro los ojos para ver mejor, Georgina putana, apunta con la pistola, “Caníbal”, le dices, provocadora de vámonos por ahí, le dices, se derritieron dos torres y corrías, todo lo soñé, sangre por la boca, por la nariz, por los ojos, por todas partes sangre, continúan los parques alguien lee, me cruzan cicatrices al antojo del bisturí, o no nos vimos las caras, lo que soñé fue soñado, yo llegué primero, cardumen de sardinas, y tomé por el camino del Inca, escuela de pingüinos por la Corriente de Humboldt, julio, lobo de las estepas, doblas a la izquierda, lobo de mar, una geografía inútil, doblo a la derecha, era yo una isla, sé que la mierda apesta pero contiene todos los nutrientes necesarios, los gatos debían morir, de punta en blanco, o plata, de gris en negro, frente a frente chocando en orines para la medicina Ayurbeda, tal vez se salve, biografía incompleta, y la realidad era de la forma de un sueño, coma mierda, la excavación dio con sus polvos, un millón de moscas no pueden estar equivocadas, no llegué a ver estrellas en el desierto, de una ínsula perdida, boca abierta, a pedacitos, de boca cerrada, noviembre, nadie me creería, piel de elefante, se va, me vine, sudas sangre, nunca es posible decir la verdad, las avenidas de la A a la D no estaban señaladas en el mapa, ¿existo?, cuando llego a mi casa no sé si devolverme, mi olor los guía, no fue Emma quien abrió la puerta y se marchó de mí, mi primera mascota una paloma de paz, mi perro Igor desapareció, la poesía no cuenta verdades, las aleja, era del sur, mi casa es una isla, las arañas dormían en zapatos, fragmenta, pelos de ángeles, no había que comer, fui ciego tantas veces, hormigas, violines, rapeadores, no en el orden de la verdad, a causa de ella debes morir, no hay líneas, tuve asma, tomé la tinta, el papel, la tijera, quedamos frente a frente, una niña en bicicleta, el príncipe de las tinieblas de Stoker recordó, pero por fin lo cuento, mudos quedamos, volantes en remolinos, fiel de lunes a lunes, ¿no te gustan las muñecas?, hoyos que arrastran con la fuerza de mil soles, me quieres de silencios, nos vemos a la misma hora, las esquinas son de nadie me retó, se amaron, no hables de la muerte, recordó que las amó y mucho, adúltera los viernes, esta es mi vida, reloj hacia atrás, un pasito adelante, he tenido miedo, se mataron a besos, de puñales, no sé por qué la cuento, te amo, necesito tu sangre, y para demostrar su poder escupió en el suelo, porque ella vendrá con tus palabras, tres veces escupió, alrededor del mundo y no saber el final, hay que escribirlo, cangrejo hacia el lado, la forma es arbitraria, hacia la punta dos senos, de lado un falo, enfático, de entrada el amor, ahora, soy feliz en el caos, o nunca, estaba señalado el día, fue nunca, los poetas no mueren de muerte natural, de parto el grito, todo era silencio, siempre, libreta abierta, hubo un gallo que cantó, las paredes retumbaron al momento del parto, si no pienso en círculos me lleva quien me trajo, tres veces cantó, Fernanda perdóname, papel escrito, leche por todas partes leche, un espejo se incendió por el centro, habrán de besarse y morderse los labios otra vez, muchas veces, tanto correr para morir en la orilla, érase un pez, esa página en blanco me llena de principios, por fin olvido el punto, pez de amor tan perfecto, debería ser sucia en su tinta, calamares negros decorados con pimientos rojos, el diagnóstico Alzheimer, paloma muerta en la Tercera Avenida. sin pensar en el lector, hubo perdones, dunas y reloj de arena, bomba de tiempo, sin saber si es poema o novela, campo de concentración, búho y buhíto, resucitaron, globo madre y bebé globo paseando por encima de cactus, volcanes, los finales deben ser perversos, pasaportes, sellos de convalidación en México, como un caballo en la mar en el aire fugado del norte al sur, lluvias de Paraguay y taxistas buena gente lo llevaron a su destino lejos de mí, rosa del paraíso, Venus, Sagitario, almuerzo, los finales deben ser las once cuerdas y la dimensión invisible, ¿será la rosa?, digo, la rosa de María, no eres tú quien debe perdonarme, cerveza a las 2, sol y va a llover, ojos por delante, el poema no obedece las señales, se casa una bruja, el anillo en mi mano, Gabriela siempre Gabriela, ya está lloviendo, y si lloviese, el sol está cayendo, corramos, paremos, bésame aquí, vete por allá, dobla hacia el sur, el rojo como el blanco se pintan inocentes, otro anillo en mi mano, detente en el norte, córrete, abrázame, siempre que empieza a llover me acuerdo de ti, se lo tragó el mar, Hiroshima Mon Amour, perdóname M, las paredes oyen, nací sin ver, sin pulmones, me casé de negro, Manzanero, las esquinas hablan, ¿cuán lejos está el sur?, bailar en una loseta sin mover un músculo, volverás dejando todo tu dinero en las esquinas porque al doblar viste 6 ojitos negros, las paredes oyen, se incendia un papel por el centro y nos vimos las caras, las líneas de la mano, estamos enfermos de amor, el diagnóstico es terminal, dejaste tu labios rojos marcados en el vaso, tu sombra se quedó en la pared, la sombra de ella bajando una escalera, maldiciendo a dios me escribiste mis esquinas son otras, me casaré de blanco, me moriré de ti, 365 palabras contra el olvido, en la punta de la lengua una palabra más, a punto estoy de recordar, no sé qué cosa

 

 

 2

 

Gabriela 

​

La madre de él, como si fuera mía,

me mostró su tierra a caballo

A tientas, guiada por sus manos,

dobló una esquina en Rosita Renard

y a toda prisa, galopando, me llevó a su casa

 

Era una tarde de un último noviembre en el sur

y más al norte hacia desiertos con mar iba yo

 

Charles no le oía más, ni ella podía verlo

Ella, a su lado, casi a la altura de su oído

con tristeza me contó:

“Está sordo, no sabes que terrible

es no poder ser escuchada, hablarle, ni verlo”

“Sé” —le dije—

 

Interpreté sus ganas de un interlocutor amoroso

hablar con un mortal que no fuera sordo, ni ciego como ella

Luego prosiguió recordando su pasado bailando con Sir Charles

“Para bailar el tango, dos hacen un solo cuerpo”

“Sé” —le dije—y la volví a abrazar

 

Quería bailar conmigo esa tarde del sur, hablar

 

Ahora  estoy en el norte tan lejos, ella y su voz aquí conmigo

No puedo ver sin tus ojos Gabriela, no puedo tocar sin tus manos

 

Gabriela esa tarde me mostró su tierra y hoy todavía la veo

 

 

3 Doble eclipse

​

Si alguien que habla con palabras piensa por un solo momento

ser dueño del sentido y se pone un vestido maquillaje

sombrero de verano y queda convencido de sus actos poniendo

en el mismo diván la ropa de otro día y al lavarse la cara ve

la desnudez total de su cuerpo piensa por un-otro momento

sea lo mismo vestirse que desvestirse, y cuando habla con

palabras la raíz des-le-provoca- in-vestirse de poder con otra

para irse callejeando por esquinas lunáticas a la manera

de árbol retoñando ramas quedando tan  feliz de su verde

nacer y renacer lo mismo será en primavera y otros avatares

poniendo en el mismo canasto de basura el pellejo de una gallina

o dejando la marca del pintalabios rojo recomendado por

una espiritista escudo seguro contra los maleficios de luna  pero

si esa tinta fuera arrastrada por sus labios y los entes invisibles

aprovechando un beso atravesaran la boca con un sol y alguien

tomara los dedos de ese ser dueño de su rojo ya perdido

su lengua con la otra haciendo un nudo marinero  un pacto

imposible de ser dicho  si alguien les dijera que no hablan

con palabras ni por ellos ni los otros y un momento uno sólo

les hace dueños  y se van derechito a la cama nupcial a plena

intemperie a esperar una luna un ojo de animal que le complace

hablar sabiéndose boca redonda blanca de intenciones si ellos 

sabiendo estar en otro punto un ser de otro sexo al encuentro

enhiesto interroga con ojos las alturas sin darle importancia

a escrituras respondiendo  darle lo mismo contar los días

hacia arriba o hacia abajo si alguien con los ojos elevados

en forma de punta de pirámide a pie sin bicicleta consulta 

el oráculo y cosiera con la aguja de Cleopatra sus destinos

trazando jeroglifos en un azul del cielo  acabado en negro

y los dos se citan según los relojes del Pacífico y del sur porque estarán

juntos para ver la desnudez total de sus cuerpos y si alguien les hablara

con palabras no se lo creerían pensarían estar ante un ente equivocado

pobre diablo pensando que la sombra pertenece por un solo momento

ser uno como una sola luna como una sola línea con el sol persiguiendo

su cola su cabeza detrás oliéndose de la nariz el rabo tal es el rastro 

perseguido por los perros  del amor los perros del amor el destino de

los mortales  y de todos los dioses creyendo cayendo cayendo

en las palabras de lunática luna un eclipse por venirse si alguien lo

pensara lo  escribiera  lo hablara, si lo

 

4

 

¿O sí?

​

No puede ser que allá afuera, mientras llueve en Japón

en México las nubes se confundan con el smog 

bailando entre pirámides, no

puede ser que antes de ti yo no tuviera la mitad de una manzana

a mí que no me gusta esa fruta, y la mitad de una naranja

no me sabe igual ni satisface

las ganas de comer o de amar

no puede ser

que antes de ti los trompos

se enredaran en mis dedos

y después tu lengua

se amarrara a la mía en un nudo por una eternidad, no puede ser

me haya preñado el desatino

y cada uno de mis actos me hayan hecho una mala mujer

la santa que soy, la virgen que fui,  no puede ser

que todas esas mujeres sean yo

encontrando un sólo tú, qué no,

porque no puede ser  que seas el único hombre

en el planeta y un conjuro de las estrellas y los trenes

te trajeran poniendo zapato y maleta de domingo

frente a mi casa cuando aquella isla en aquella casa

y no te cansas de tocar el timbre, no puede ser

maldito, no estoy sorda

el firmamento se quedó sin luceros

la vía láctea en cueros, maldito seas como cantaba Violeta

no cuando dio gracias o Piaf cuando no se arrepintió de nada

Hay canciones, ¿y la mía? 

no puede ser que me vaya de mis noches callando

y habiendo tantos cruces y semáforos en verde

gire uno a la izquierda, y otro a la derecha:

la vida yira y yira dice el tango,

demos media vuelta chocando boca a boca

en una unidad indivisible y tan perfecta, no en un pueblo

qué va ni en una aldea donde todos son primos,

en un laberinto con espadas, aviones bombardeando

hace miles de años un 11 de septiembre

un jueves para ser exactos, cuando yo venía

enarbolando mi tristeza con una falda de leche cortada 

y no puede ser que de todos los lugares

donde menos haya el chance yes, the chance

caiga el fuego sobre nuestras cabezas, descienda

a nuestros cuerpos tiesos

y una luna jugosa, de grandes pretensiones lunática, de lujurias

venga a pisarme la punta del pie...

 

Y dijiste, finalmente, hola

después de tragar un quintal de saliva

tuviste que mantener la compostura para no toser como un endemoniado

no puede ser que abuela siga tejiendo su bordado de soles con lunas perversas

y un solo hombre loquito bien loquito sea el mismo repetido sujeto

repetido ene veces o al cuadrado

como para que me dé por vencida y renuncie a la felicidad

no puede ser que todo lo que nos presagia sea

un tú y un yo de las esquinas

​

La rosa 

​

soy grave para rosas. Dame el mar . . . –

                                                                                   

                                                                        Dulce María Loynaz

 

El me dijo que era una rosa

Y no le creí

Tuve las rosas que no eran

 

Las flores vulgares de Bulgaria

correteadoras por carreteras de Corre Caminos

exangües cisnes

sin color amapolas

 

sin odas tuve una y no me lo creí

 

sin rosas me quedé

y no lamento la rosa

 

Me sobra mar

​

Es hora de dormir

 

Quieres dormir en paz. Para siempre. Tomaste una decisión, tal vez por orgullo o tal vez ahora eres una caballera andante quijotesca y has decidido, como un perro bajo la lluvia, sacudirte el agua que te moja. Vas a dormir dando gracias pero la luna te pisa los talones, y ves su sombrero colgado, al que tendrás que sacar del cuarto como si fuera su cabeza sin pelos que debes quitarte de la mente.  Te persiguen dos números.  El 9 y el 11 .  Como si se miraran dos amantes flacos frente a frente.

​

Y el espejo debes borrar

Las calles evadir

Las esquinas matar

​

Pero está tan lejos, de eso no hay duda.  Tus esquinas y las suyas no se encontrarán a menos que tomes un avión, que vueles como el pájaro que quisiste ser y se fugó por la ventana, que escribas un correo, que digas tonteras, que te humilles, que grites, que protestes, como seguramente querría el amado para alimentar una y otra y otra vez de tus penas sus victorias amorosas.

Pero ve en paz, quedamente a caminar por la ciudad contigo

Sobran razones, voces que cantan sus penas oyes (y con penas ajenas te consuelas)

Es mezquino pero sirve para darse cuenta que la tuya es una pena penita pena

Adiós amado, le dirás un día, más tarde, no le escribas más

Sé feliz le deseas (aunque quisieras patearlo

recoger tus buenas intenciones y mandarlo a la mierda)

El se adelantó al reloj (lo hizo primero de silencios)

Tus penas te ha multiplicado

No te quieres mirar para no verlo 7 veces 7

 

Y el espejo debes sacar

Las calles cruzar por otro lado

Las esquinas de un tajo cortar

 

 Muchacha madelenesca

 

He ahí a esa doble muchacha madelenesca

miren cómo se le ven las bragas cuando salta la esquina

Vuelve a decir adiós, siempre en despedida

ahora más ninguneada que ninguno

Se le fueron los amigos a otros mundos

Su país pequeñito se hizo nada menos que cero

Le quedan algunos años para contar números

hacia arriba

hacia abajo 

Acordarse del mar de donde vino

Vuelve al caos

Se acomoda en el lodo como un cerdo

aúlla a la manera de un perro,

serán sus virtudes según el almanaque chino:

Fiel e inteligente en el fango (el rabito entre las patas)

Dentro del blanco un doble no le escribe de una casa

en el sur

Tan lejos, tan lejos

Guau, Guau, Guau...

 

¿Lloras o ladras, madelincita?

 

 

Oyendo a Luciano Pavoroti 

​

la hora del meridiano ecuador sigue en paralelas confundida

la duna en el reloj por equinoccio entonces

pájaros disparan aristas o cuernos con vaca vuelan por el cielo

inundan aullidos perros cae mierda por leche

callejeros diluvios y la abuela sobrevive, abanicándose, un eclipse

ojos negritos: 3  niños 6 veces 6

dios no existe y preguntaba

cómo se llega muerto de hambre a una esquina ya no

la reptil pregunta se puso por encima punta de pirámide sueñas

con serpientes creo, ciegamente, que aparece una mayor

cantaste y la sombra  de su sombra ¿a qué hora? nos vemos

en cueros una calle nos desviste

el sol cumple su duración de rojo exactamente en punto

lo que un aria dura

y lloramos por las coincidencias —extraviada belleza—fue un ocaso

una furtiva lágrima

 

Entre tanto y tangos

 

Debo recordarte que Homero Manzi cantó Esquinas porteñas para mí: 

“Esquina de barrio porteño,
te pintan los muros la luna y el sol.
 Te lloran las lluvias de invierno
en las acuarelas de mi evocación.
 Treinta tardes (lunas) conocen mi herida
y cien callecitas nos vieron pasar.
 Se cruzaron tu vida y mi vida,
tomaste la senda que no vuelve más. Calles, donde la vida mansa
perdió las esperanzas,
la pasión y la fe.
Calles, si sé que ya está muerta,
golpeando en cada puerta
¿por qué la buscaré?
Callecitas, sombreadas de poesía,
nos vieron ir un día
felices los dos.
 Compañera del sol y las estrellas,
se fue la tarde aquella
camino de Dios.  Los vientos murmuran mi pena,
las sombras me dicen que ya se marchó,
y escrito en las noches serenas
encuentro su nombre como una obsesión.
 Esquinita de barrio porteño,
con muros pintados de luna y de sol,
que al llorar con tus lluvias de invierno
manchás el paisaje de mi evocación”

 

A veces dudo si pensamos en palabras o en números

A veces dudo si te pienso en palabras o en números

A veces dudo si pienso un tango allí, precisamente,

donde estás en ese sur del deberíamos volver

otro año termina o empezó con el alma aferrada

 

 

¿Pedirle al calendario del sol y de la luna esquinas?

¿Cuántas más?

​

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